Para muchos, los cementerios son lugares sórdidos, feos y hasta terroríficos. Nada más lejos de la realidad. ¿Habéis visto alguna vez tanta paz? Aunque a algunos os suene un poco macabro, con sólo ver esta estatua del ángel (Cementerio no católico de Roma) me entran ganas de sacar un buen libro y ponerme a descansar a su sombra.
De pequeña, tenía miedo a los fantasmas hasta que me dijeron unas palabras que se me han quedado grabadas de por vida:
"No tengas miedo a los muertos, ellos ya no tienen malos pensamientos pues ya han encontrado la paz. Los rencores han quedado olvidados y las cuentas pendientes han sido saldadas. Sin embargo, el amor sigue presente, y nos cuidan".
Cuando veo las tumbas olvidadas del Cementerio Judío de Praga, me pongo muy triste. En tan poco espacio se suponen enterrados más de 10.000 judíos, tumba sobre tumba, en hasta once capas de tierra. ¿Quién recordará a estos desconocidos?
Quién te dijo esas palabras te quería bien, no lo dudes. Son preciosas y una gran verdad. Después de la muerte, no hay más que descanso y paz ¡pero sin prisas, qué aquí estamos divinamente! Enhorabuena por este maravilloso post, saludos.
ResponderEliminarVaya locura de entrada jaja hacía mucho que no recordaba que los cementerios existían.
ResponderEliminarDesde luego, a la mayoría de la gente los cementerios no le transmiten muchos sentimientos positivos, aunque no hay que olvidar que todo depende del cementerio...
Este verano, cuando estuve en Inglaterra, cerca de mi "casa" había un cementerio... pequeño, supongo. Talvez 300m2.
El suelo, de tierra, estaba poblado de pequeñas plantas, musgo y enredaderas, que poco a poco iban escalando los pilares y las paredes grises de aquel lugar.
Como si de una película se tratase, las verjas, negras y oxidadas, se encontraban medio abiertas, incitándote a pasar a dentro.
Por si fuera poco, por ser Inglaterra, aún el rocío y los charcos inundaban aquel paisaje.
Y, a pesar de todo ello, un paisaje terrorífico e impresionante, daban ganas de entrar ahí y tumbarse un rato, bajo la sombra de los pocos árboles que allí había.
Sin embargo, creo que en mi vida me atrevería a entrar de noche en ese cementerio que has puesto tu, bajo la estatua del ángel.
Cada cementerio tiene su arte y sus emociones, y supongo que cada uno prefiere el que más se asemeje a sí mismo.
Sobre los fantasmas... poco puedo decir, pero desde luego que son más divertidos enfadados ;)
Good luck!